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SINCE 1966

Nuestra historia

Nuestra historia empieza en 1966 cuando Joan y Anna decidieron hacer un cambio en sus vidas. Con mucho empeño e ilusión iniciaron su proyecto, querían diseñar y fabricar sus propias lámparas. Para ello, pidieron a un buen amigo que les permitiera crear los prototipos en un rincón de su nave y poco a poco fueron construyendo Lux, su proyecto vital, un negocio basado en el diseño y fabricación de lámparas de estilo contemporáneo.

Joan en 1988. Revista Hogares.
Anna en 1989. Oficinas Lux.

Joan era una persona carismática y creativa. Sus amigos decían de él que era alegre, de trato impecable, honrado y con una naturalidad envidiable. Desde el principio apostó por el diseño y la calidad. Era capaz de dibujar una lámpara maravillosa con la ayuda de su bloc de notas y un lápiz. Era meticuloso, sus diseños estaban cuidados al detalle y transmitían su personalidad extrovertida y mediterránea.

Le gustaban las lámparas sencillas, minimalistas, sin elementos superficiales y mantuvo esta línea coherente toda su vida. Era un creador nato sin ínfulas de diseñador. Una vez, en una entrevista dijo: “Para mí la satisfacción recae en el trabajo bien hecho, no en la fama. Me da exactamente igual que nadie sepa quién es Joan Cambra mientras mis lámparas gusten…”

Anna tenía una increíble capacidad de trabajo. Era organizada, rigurosa, expeditiva… y, sobretodo, había heredado de su padre el espíritu comercial. Era una vendedora nata y pronto quiso abrir su propia tienda donde exponer y vender las lámparas que diseñaba Joan. Su excepcional capacidad de trabajo le permitía trabajar y dirigir ambos negocios y sin ella Lux no hubiera podido prosperar; Joan y Anna se complementaban a la perfección.

Meritxell y Roger, sus hijos y actuales socios de Luxcambra, estuvieron en contacto con el mundo del diseño y la iluminación desde pequeños. Rodeados de lámparas y dibujos aprendieron los entresijos del negocio familiar. Los dos llevan en su ADN la experiencia de sus padres. Durante las vacaciones escolares jugaban con las piezas que encontraban por las mesas y aprendían el oficio sin quererlo. A medida que fueron creciendo se fueron implicando en el negocio.

Roger aprendió todo lo que su padre sabía sobre iluminación. Estudió diseño y siempre tuvo claro que se dedicaría a diseñar y fabricar lámparas. Su experiencia y espíritu emprendedor le han ayudado a enfrentarse a los nuevos retos del mercado y su carácter afable y cercano han hecho que hoy Luxcambra esté formada por un equipo de personas excepcionales, comprometidas y con ganas de crecer. Roger ha heredado de su padre el trato impecable, la naturalidad y sencillez que transmiten sus lámparas. Le gusta escuchar, observar y aprender de todo@s y sobretodo, le gusta hacer lámparas.

Meritxell estudió derecho y se incorporó a la empresa más adelante. Es extremadamente trabajadora y expeditiva como su madre. Su experiencia en el sector y su saber hacer son fundamentales en el desarrollo del día a día de la compañía. Los dos hermanos forman un gran equipo y son la base sólida sobre la que cada día crece la empresa.

Luxcambra ha crecido mucho en los últimos 25 años. El año 2000 el mercado de Luxcambra era íntegramente nacional y hoy cuenta con una cuota de exportación superior al 30%. Tiene agentes comerciales en Europa y también en algunos países de Asia y África, las lámparas de Luxcambra están en casas, oficinas, hoteles y restaurantes de todo el mundo.

Su éxito y su supervivencia en el tiempo radica en la proximidad con sus colaboradores, en la implicación de sus trabajadores y en la filosofía de la empresa: escuchar, aprender y mejorar para poder crecer.

Siempre aprender.

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